
Quebrado es un perro con alma sesentera. Llegó desde quién sabe dónde con una pata a la rastra (de ahí su nombre) y ya no se movió de las cercanías de la casa. Siempre aparece cubierto de flores o de hojas y como buen hippie, no hace nada en todo el día. Salvo, mirar al horizonte como inmerso en profundos pensamientos.
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