Datos personales

Mi foto
Talca, Chile
Lo único que tengo claro es que nací en Chillán. De ahí para adelante es una enorme nebulosa.

viernes, 17 de junio de 2011

Black and White

De pronto me percaté que hacía rato que miraba mi cámara fijamente. ¿Acaso sólo en ese instante, había comprendido que, a través de ella, quería guardar esos retazos de mundo que tanto impresionaban a mi corazón?. Porque, de otra forma, ¿qué sentido tenía estar siempre con ella entre las manos, buscando con ansias ese sustento que pudiera calmar mi constante hambre interna?. Innegable es decir que, desde hace mucho, se había convertido en mi compañera inseparable. Una extensión pretensiosa de mi deseo de poder capturar y compartir lo que descubrían mis sentidos y que los demás -preocupados de su propia soledad-, no eran capaces de vislumbrar siquiera. Pero, ello no era tarea fácil. Quien lo piense así es más egoísta y presumido de lo que yo nunca pudiera llegar a ser. Sin embargo, había tenido mis propias satisfacciones: Un rostro aquí, un rostro allá. Una hoja meditando solitaria los pasos silenciosos del otoño. Una flor disfrutando la ostentación de su belleza, sin pensar, siquiera, en la fragilidad de su propia vida. Jurándose eterna.

Me fascinaban esos pequeños mundos que podía descubrir en lo común; en lo olvidado e inadvertido por su inherente simplicidad. Mi corazón parecía despertar cuando sorprendía un insecto oteando como un rey su propio universo. El vuelo de las aves me susurraban su propia magnificencia y, presuroso, quería capturarlo. Así también, en los cementerios, intentaba plasmar los silencios que expresaban toda una increíble filosofía de vida. Pero; era en los ojos humanos en donde pretendí captar la esencia de la vida. Había en ellos paisajes de variada índole. Se podía descubrir el amor que genera las más grandes obras de arte o las más apasionadas relaciones. Aunque también estaban toda la mezquindad y codicia imaginable. La ventana hasta estas verdades sólo se abría por milésimas de segundo y casi nunca pude captar las luces o sombras del alma humana.
Ahora, pienso que no debería estar escribiendo esto. ¿Para qué?. ¿A quién le puede interesar la pasión de un loco por su cámara fotográfica?. Pero no importa. Seguiré igual. Caminaré por tardes y paisajes sin descansar. Miraré y trataré de ver todo lo que existe. En algún momento tendré suerte y se iluminará mi sonrisa, porque, delante de mí, estará la imagen que perdurará, que hará que otros miren hacia su propio interior durante unos segundos para confrontarse, permitiendoles, por tanto,, comprender su propio corazón y compartirlo.

No hay comentarios: